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0-4: El Mallorca traslada a Europa los problemas que arrastra en España

Paunovic intenta controlar el balón ante Van Hoogdalem. Reuters

Hasta ayer había dos «Mallorcas» diferentes: el triste y apático de la Liga española y el ilusionante de la Champions que había sido capaz de ganar al Arsenal y al Schalke, su rival de ayer, en Alemania. Pero ayer sólo hubo un «Mallorca», el triste, que trasladó también a Europa sus problemas de la Liga española y que dio una de sus peores imágenes -¡y ya es decir!- de la temporada.

El Mallorca salió al terreno de juego desorientado, sin orden y sin un patrón claro de juego. Por eso, se dedicó a deambular por el campo sin dar ninguna sensación de equipo. Así, el primer susto llegó al minuto 3 cuando un fallo de Niño le permitió a Wilmots rematar a bocajarro, parando Roa. A la segunda (m. 14) llegó el gol. Nuevo fallo de la pareja de centrales del Mallorca que permitió a Sand cabecear solo en el área hacia Van Hoogdalem, también solo, para marcar. Seis minutos más tarde, Asamoah se escapó de Soler y fue derribado por Nadal. El claro penalti lo transformó Hajto.

ETO´O DEJA A SU EQUIPO CON DIEZ

Por si un 0-2 a los 20 minutos no parece lo suficientemente claro para sentenciar el encuentro, cinco minutos más tarde el equipo de Krauss recibió la puntilla por la autoexpulsión de Eto´o. El camerunés se encaró con un defensor alemán, reclamando un penalti que no lo fue, y realizó un intento de agresión, que fue castigado con la roja por parte del colegiado. No cabe más infantilidad por parte de Eto´o y menor sentido de la responsabilidad.

El equipo isleño había conseguido lo más difícil: resucitar a un equipo que estaba muerto. Mal clasificado en la Bundesliga, sin ninguna victoria (hasta ayer) en la Champions, con una guerra interna fuerte en el vestuario -que había llevado a la expulsión de la concentración a un jugador de la talla de Mpenza- y con todos los jugadores con la carta de libertad sobre la mesa «para que se vaya quien quiera», según su entrenador, sólo podía salir a flote ante un rival mucho peor que él, lo que en realidad es este Mallorca.

Pudo haber sentenciado el Schalke con una gran oportunidad de Sand, que no acertó a empujar el balón al fondo de las mallas cuando lo tenía muy fácil. No lo hizo. En parte, porque tampoco necesitaba hacer mucho más ante un equipo roto, que lanzó su primer disparo a meta en el tiempo de prolongación de la primera mitad, con un tiro lejano de Luque que se estrelló en el larguero de la meta defendida por Reck.

Poco aportó la segunda mitad, además de los goles. Krauss dio entrada a Carlos y reestructuró el equipo jugando con dos puntas pese a estar con diez sobre el terreno de juego. Pero las oportunidades las puso el Schalke, como un disparo a la cruceta de Wilmots (m. 60), cuando tenía toda la portería a su favor, el gol de Asamoah que no hizo más que confirmar la pésima defensa isleña y el cuarto gol de Sand, que sonó más a recochineo.

KRAUSS, MÁS FUERA QUE DENTRO

Tras la derrota de ayer y sobre todo la forma en que se produjo, la continuidad de Krauss en el banquillo mallorquín está pendiente de un hilo y sus horas están más que contadas. La afición mostró ayer su malestar prácticamente desde el mismo comienzo del partido y se hizo más ruidoso a partir del tercer gol del Schalke, cuando Son Moix se pobló de pañuelos blancos.

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